Introducción

El feminicidio es el asesinato de una mujer por razones de género. Se enmarca en la violencia estructural que viven las mujeres de sexo femenino (cisgénero) y las transgénero, transexuales y travestis (trans) por su condición, por lo tanto, no es un homicidio más, sino que es un crimen de odio. El femicidio1 es un acto generador de terror sexual que se relaciona con el dominio de los varones sobre las mujeres cis y trans y, también, con su exterminio (Butler, 2020). Opera como parte del disciplinamiento y opresión al que las mujeres son sometidas. En este sentido, es importante estudiar el feminicidio como una forma de violencia extrema basada en género y analizarlo en el marco de la forma de violencia antes señalada. La violencia que viven las mujeres por razones de género se manifiesta a lo largo de toda la vida con mayor o menor intensidad, en diferentes contextos y de formas variadas.

En Uruguay el feminicidio es un problema acuciante que permanece en niveles altos desde que se cuenta con una medición oficial (2013). Un análisis comparado de la situación de Uruguay con el resto de los países latinoamericanos2, muestra que la situación de nuestro país es preocupante. La magnitud del fenómeno se puede medir a través de la tasa de feminicidios que da cuenta de la cantidad de feminicidios por cada 100.000 mujeres. Esta medida permite comparar entre países o ciudades al no verse afectada por los diferentes tamaños poblacionales.

Según los datos más recientes que publica la Comisión Económica para América Latina (CEPAL, 2017) en la página web del Observatorio de Igualdad de Género (OIG), Uruguay presenta una tasa de 1,7 feminicidios cada 100.000 mujeres, ocupando el séptimo lugar en Latinoamérica y el segundo en Sudamérica, sólo por detrás de Bolivia (Ver Gráfico 1). Al considerar los registros sobre feminicidios que Uruguay reporta al OIG de CEPAL para el período 2008-2017, 3 de cada 4 feminicidios fueron cometidos por la pareja o ex-pareja de la mujer asesinada (Ver Gráfico 2). Este tipo de feminicidios se denominan en la literatura como feminicidios íntimos3.

Tasas de feminicidios en países latinoamericanos (2017-2018)

Gráfico 0.1: Tasas de feminicidios en países latinoamericanos (2017-2018)

Total de feminicidios y feminicidios íntimos en Uruguay (2008-2017)

Gráfico 0.2: Total de feminicidios y feminicidios íntimos en Uruguay (2008-2017)

Los feminicidios son el último eslabón de la violencia basada en género. La VBG se sustenta en una desigual distribución de poder y valoración de los géneros, que habilita al dominio y la opresión de las mujeres por parte de los varones (RUCVDS, 2012). Según la segunda Encuesta de Violencia Basada en Género y Generaciones (EVBGG)4, casi 8 de cada 10 mujeres uruguayas declaran haber vivido situaciones de VBG en algún ámbito (espacio público, educativo, salud, familia, pareja) a lo largo de su vida (Observatorio de Violencia Básada en Género, 2020). Estos resultados son similares a los obtenidos en la primera EVBGG del año 2013, lo que da cuenta de la estructuralidad del problema. Las EVBGG evidencian que el fenómeno afecta a las mujeres cualquiera sea su nivel socioeconómico y educativo. También muestran que afecta en mayor medida a las mujeres más jóvenes, las que declaran tener ascendencia étnica-racial afro y las que residen en la zona sureste del país (CNCLCVD, 2016).

Como una expresión de la VBG, el feminicidio es un fenómeno complejo que debe ser analizado desde diferentes disciplinas y utilizando variadas herramientas conceptuales y metodológicas. Abordar desde la interseccionalidad el fenómeno del feminicidio en Uruguay es fundamental para comprender las diferentes situaciones que atraviesan las mujeres en situaciones de VBG. Todas las formas de violencias que afectan a las mujeres están condicionadas, más allá de su orientación sexual e identidad de género, por diferencias económicas, etarias, étnicas, culturales y/o religiosas, entre otras. Por lo tanto, es relevante contar con información al respecto de manera de mejorar la eficacia de las políticas públicas orientadas a la erradicación de la VBG considerando la diversidad de las mujeres y las variadas características en que se expresa la violencia contra ellas.

En esta investigación se incorpora al análisis de los feminicidios la dimensión socioeconómica, hasta ahora ausente en las investigaciones sobre los feminicidios en nuestro país5. La hipótesis central que guía esta investigación es que la situación de vulnerabilidad socioeconómica o falta de autonomía económica de las mujeres las expone en mayor medida a sufrir un feminicidio. Cuando el Estado está ausente o sus políticas no llegan a toda la población, podría ser un diferencial a la hora de salir de una situación de VBG que implica riesgo de vida, contar con recursos económicos propios. Tener o no una casa, trabajo remunerado o ingresos propios para garantizar su subsistencia material y, en gran parte de los casos de sus hijas/os o personas en situación de dependencia a su cargo, capital cultural y una red de personas en quien apoyarse, son aspectos que inciden en cómo las mujeres viven y son capaces de afrontar situaciones de VBG. Como se detalló en las estadísticas de feminicidios, un gran porcentaje de éstos ocurren en el marco de relaciones de pareja o ex-pareja. Gambetta y Coraza (2017) y Calce et al. (2015) encuentran que en una gran cantidad de los femicidios íntimos, el crimen se produce ante la negativa de las mujeres a continuar la relación o retomar la relación con sus parejas.

Dado que en muchas ocasiones estos crímenes se producen en el hogar (Gularte et al., 2020), resulta sumamente complejo intervenir sobre los factores que precipitan este tipo de homicidios. A su vez, la relación sexo-afectiva entre la víctima y el femicida los vincula no sólo sentimentalmente, sino que suele implicar una relación de dependencia económica de la mujer hacia el varón (Gambetta y Coraza, 2017). En particular, los recursos económicos propios con los que cuentan las mujeres son fundamentales para que al ser víctimas de violencia, puedan tomar medidas de protección como mudarse de la casa que comparte con el agresor, llevarse a sus hijas e hijos consigo y poder mantenerlos/as económicamente. Si bien las condiciones materiales son una condición necesaria para la autonomía de las mujeres, no constituyen una condición suficiente. Como muestra la evidencia, las mujeres en situaciones de VBG, muchas veces no logran visualizar que se encuentran en una situación en la que corre riesgo su vida (Calce et al., 2015; Gambetta y Coraza, 2017). De estos antecedentes se desprende que el reconocimiento de la gravedad o riesgos respecto a la violencia padecida, no es sencillo, en gran parte debido a que está legitimada y naturalizada en nuestras sociedades y en las propias mujeres. Además, solo el 20% de las mujeres asesinadas había denunciado a su agresor por violencia doméstica (Gambetta y Coraza, 2017).

Es importante subrayar que esta investigación no busca culpabilizar ni estigmatizar a las mujeres que viven situaciones de VBG ni establecer relaciones causales a partir de su nivel socioeconómico, sino obtener evidencia empírica que pueda resultar útil para mejorar la política pública de combate a la VBG en Uruguay, al incorporar esta dimensión al análisis. La autonomía económica de las mujeres no es un factor causal de los feminicidios, sino uno de los factores de riesgo que acentúa una situación de vulneración cuando las mujeres que están viviendo VBG, no poseen autonomía económica.

La autonomía económica de las mujeres o la falta de ella se encuentra condicionada por la división sexual del trabajo, que suele ser reproducida al interior de los hogares, a partir de la cual las mujeres asumen el rol reproductivo (y la desvalorización social que éste supone) y los varones el productivo o proveedor de ingresos. La división sexual del trabajo no es sólo un esquema de reparto de roles y tareas, sino que implica la existencia de relaciones asimétricas, jerárquicas y explotadoras de los varones hacia las mujeres (Mies, 2019). Las desigualdades entre los géneros derivadas de la división sexual del trabajo, suelen reproducirse con más fuerza conforme más pobres son los hogares, en la medida en que las mujeres dedican más tiempo al trabajo no remunerado y tienden a ser más dependientes económicamente (Colacce, Mojica y Zurbrigg, 2020; Espino, 2018).

Paralelamente se produce una segregación en el mercado laboral que implica el acceso diferencial de varones y mujeres a ramas de actividad y puestos jerárquicos. Por un lado, una segregación horizontal, entre ocupaciones, y por otro, una segregación vertical, respecto a la escala jerárquica o de tareas dentro de las empresas. Esto implica que las mujeres se emplean en los trabajos peores remunerados y con condiciones laborales más precarias y, a su vez, tienden a acceder a los puestos menos calificados dentro de la estructura jerárquica (Colacce, Mojica y Zurbrigg, 2020). Los roles de género diferenciados, interiorizados a lo largo del proceso de socialización, condicionan enormemente la elección en la formación y el empleo. De esta manera las mujeres suelen elegir formaciones que reproducen el rol reproductivo (salud, educación, ciencias sociales, entre otras). A su vez, existe evidencia a nivel internacional de la existencia de una penalización salarial a las mujeres que son madres, mientras que no hay modificaciones en los ingresos de los varones que son padres (Blau y Kahn 2017, Sigle-Rushton y Waldfogel 2007, Pal y Waldfogel 2016 en Colacce, Mojica y Zurbrigg 2020). Por todo lo anterior, en general, las mujeres tienen una inserción laboral más precaria y perciben menores ingresos que los varones aunque tengan el mismo nivel educativo.

La autonomía económica de las mujeres se basa en dos recursos cruciales como son los ingresos propios y el tiempo. En Uruguay, un 15% de las mujeres no tienen ingresos propios, mientras que solo un 5% de los varones tampoco los tiene. A su vez, las mujeres entre 20 y 59 años que tienen ingresos propios dedican 39,2 horas semanales de su tiempo al trabajo no remunerado en el hogar, mientras que las que no tienen ingresos propios dedican 51,5 horas semanales al trabajo no remunerado. Para los varones, el tiempo dedicado al trabajo no remunerado es bastante inferior, 20 horas semanales, y no varía significativamente entre quienes tienen ingresos propios y quienes no. Conforme los hogares son más pobres, menor es la autonomía económica de las mujeres porque una menor cantidad de éstas tiene ingresos propios y, a su vez, le dedican más tiempo al trabajo no remunerado en el hogar. Esto último, las vuelve más dependientes económicamente de su pareja varón (INE, 2013).

Esta investigación pretende producir y analizar información que permita una mayor comprensión de los feminicidios ocurridos en nuestro país entre 2001 y 2019, al incorporar la dimensión relativa al nivel socioeconómico de las víctimas de la violencia de género en su forma más extrema: el feminicidio. Se busca conocer los patrones de distribución espacial de los feminicidios en Uruguay y analizar las características socioeconómicas de los territorios en que ocurren, para así estimar el nivel socioeconómico de las mujeres víctimas de estos sucesos. Estudios que tienen en cuenta la dimensión espacial de los feminicidios fueron realizados por Frye y Wilt (2001) y Frye, Galea, Tracy, Bucciarelli, Putnam y Wilt (2008) para analizar los feminicidios ocurridos en Nueva York (Estados Unidos). Las autoras encuentran que a nivel barrial, la tasa de feminicidios íntimos se relaciona negativamente con el nivel socioeconómico (Frye y Wilt, 2001). En ambos trabajos llegaron a resultados similares. Encontraron que los barrios pobres experimentaron las tasas más altas de feminicidio de pareja y de otros tipos de feminicidio en comparación con otros barrios (Frye et al., 2008).

A través de herramientas de estadística espacial este trabajo explora si existe alguna relación entre el nivel socioeconómico de las mujeres asesinadas y la tasa de feminicidios en un área de interés (localidades, municipios, centros comunales zonales, o barrios). Existe evidencia, al menos en Montevideo, que conforme el área considerada es más pequeña, más homogéneos son los hogares y las personas según nivel socioeconómico (Vigorito, 2002; Vázquez, 2018 y Rodríguez, 2019). Por tal razón, es esperable que el nivel socioeconómico de las víctimas sea similar al de las personas que habitan un área determinada y cercano al promedio. De esta manera, si se cuenta con la ubicación de la vivienda en la que residían las mujeres asesinadas será posible aproximar el nivel socioeconómico de estas mujeres, a partir del nivel socioeconómico promedio de las personas de la zona en que residían.

La importancia de estudiar si las condiciones socioeconómicas influyen en la tasa de feminicidios, radica en la posibilidad de generar políticas públicas que contribuyan a diseñar medidas más eficaces para promover la autonomía económica de las mujeres víctimas de VBG, bajo el supuesto de que ello permitiría aumentar sus posibilidades para encontrar alternativas para salir de estas situaciones (más allá de otras medidas de apoyo que en paralelo sean necesarias). A su vez, a partir del análisis de los resultados obtenidos se elaboran recomendaciones para la mejora de la política pública y, por otro lado, se sugieren posibles líneas de investigación orientadas a profundizar el conocimiento sobre los feminicidios en nuestro país. Actualmente uno de los más grandes problemas que se presenta en Uruguay para lograr un abordaje integral de la VBG, es que no se cuenta con información sistematizada sobre el nivel socioeconómico de las mujeres víctimas de feminicidio y, por lo tanto, la política pública toma en cuenta esta dimensión apenas lateralmente en el diagnóstico y el abordaje de este problema. Un mayor conocimiento de los feminicidios hace posible identificar tempranamente los factores de riesgo que permitan mejorar la asignación de recursos de manera informada, a la hora de intervenir estatalmente en situaciones de violencia hacia las mujeres consideradas de alto riesgo. Si la situación socioeconómica condiciona las posibilidades de sufrir feminicidio, la política pública para combatir la VBG debe hacer mayor énfasis en generar medidas que, por ejemplo, promuevan la autonomía económica de las mujeres. El estudio de otros factores que pueden estar incidiendo en las probabilidades de las mujeres a sufrir formas extremas de VBG, no son objeto de estudio de esta investigación, dadas las limitaciones de tiempo, espacio y experticia requeridas para abordarlos.

La elección del tema de investigación se basa en que la VBG y, en particular su expresión más extrema, el feminicidio, constituye un problema social estructural en Uruguay y el Estado no parece encontrar soluciones o respuestas adecuadas para erradicarlo. Es por ello que esta tesis busca realizar aportes al producir nuevos conocimientos sobre la problemática y generar insumos basados en evidencia empírica que puedan contribuir a mejorar la política pública. En esta línea se busca dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Los feminicidios presentan una distribución geográfica aleatoria o tienden a concentrarse en determinadas zonas?
  • Si es así ¿en qué zonas y qué características tienen? ¿Estas zonas se parecen en proximidad o en características?
  • ¿Los feminicidios afectan por igual a las mujeres de diferente nivel socioeconómico?
  • ¿La política pública existente, toma en cuenta en sus diversas fases la dimensión de vulnerabilidad socioeconómica de las mujeres?

El objetivo general de esta investigación consiste en analizar la política pública actual de combate a la violencia basada en género y generar herramientas que aporten a una mayor comprensión del fenómeno del feminicidio orientada a generar respuestas estatales con mejores resultados. A su vez, esta investigación busca explorar la hipótesis de que la falta de autonomía económica agrava este problema. Con el propósito de responder a las preguntas que orientan la investigación se plantean los objetivos específicos señalados a continuación:

  • Realizar un análisis estadístico de los datos sobre feminicidio en Uruguay que incorpore la variable nivel socioeconómico para examinar en qué medida esta dimensión afecta al fenómeno de estudio.
  • Analizar la política pública de atención y combate a las situaciones de VBG y la información en la que se sustentan las medidas para su diseño.
  • Elaborar recomendaciones que permitan mejorar la política pública contra la VBG con base en nueva evidencia empírica.

Para cumplir con los objetivos señalados, se selecciona una estrategia metodológica de investigación mixta, basada en técnicas cuantitativas y cualitativas de recolección y análisis de información. Por un lado, se desarrolla un análisis estadístico para Montevideo y el interior del país, que vincula la tasa de feminicidios y el nivel socioeconómico estimado para diversas áreas de interés (localidad, municipio, centro comunal zonal o barrio). De esta manera, se examina en qué medida el nivel socioeconómico de las mujeres víctimas de feminicidio juega un papel en el fatal desenlace que acaba con sus vidas. Por otro lado, el estudio incorpora técnicas cualitativas de investigación: entrevistas semi-estructuradas a informantes calificadas/os del Ministerio del Interior (en adelante MI) y el Instituto Nacional de las Mujeres (en adelante Inmujeres) y la revisión de documentos institucionales y la legislación vigente sobre VBG en Uruguay. La estrategia cualitativa busca complementar a través de entrevistas el vacío de información que puede haber en los documentos institucionales.

Esta investigación está estructurada en siete capítulos. En el primero se introducen las categorías de análisis que conforman el enfoque conceptual que guía la investigación, a saber: sexo/género, sistema patriarcal-capitalista, división sexual del trabajo imperante, noción del amor romántico, explicaciones teóricas sobre las causas de la violencia basada en género, la interseccionalidad en su abordaje y los debates sobre los términos femicidio y feminicidio. En el segundo capítulo, se describe el proceso por el cual la violencia basada en género pasa de ser un problema social a instalarse en la agenda pública como un problema público en Uruguay y la incipiente política pública para su combate. En el tercer capítulo, se detallan las fuentes de información utilizadas junto con la estrategia metodológica implementada para dar cumplimiento a los objetivos y responder las preguntas de la investigación. En el cuarto capítulo, se desarrolla el análisis sobre la política pública de combate a la VBG vigente en nuestro país, a partir del análisis de las entrevistas realizadas, la revisión de la documentación institucional y el marco normativo vigente en la materia. En el quinto capítulo se realiza el análisis estadístico y se presentan los principales resultados obtenidos. En el sexto capítulo se desarrollan las conclusiones orientadas a responder a las preguntas que guiaron y motivaron la investigación. Finalmente, en el séptimo capítulo se presentan recomendaciones elaboradas con el fin de contribuir a mejorar la política pública de combate a la VBG en nuestro país y se esbozan posibles líneas de investigación a futuro para profundizar el estudio de este fenómeno.


  1. Algunas autoras usan el término femicidio y otras feminicidio, las diferencias conceptuales se abordarán en el Capítulo 1. En esta investigación se usará el término feminicidio, a menos que se haga referencia a la idea de alguna autora que use el término femicidio.

  2. Se presentan los datos de aquellos países del continente que reportan estadísticas de feminicidio a la CEPAL.

  3. La expresión feminicidio íntimo es usada por algunos/as autores/as para referirse al asesinato de una mujer cometida por una persona con quien la víctima tenía o había tenido una relación o vínculo íntimo: matrimonio, concubinato, uniones libres, noviazgo. Este término en algunos contextos también incluye lo que se conoce como feminicidio familiar, es decir, el asesinato de una mujer en el contexto de una relación de parentesco entre la víctima y la persona victimaria por consanguinidad o adopción. Dada esta ambigüedad de la expresión feminicidio íntimo, en esta investigación no será utilizada a menos que se haga referencia a investigaciones que la empleen.

  4. La Encuesta de Prevalencia sobre Violencia Basada en Género y Generaciones es una encuesta de carácter nacional que fue realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2013 y 2019. Constituyen una herramienta rigurosa para dimensionar y caracterizar el fenómeno. En dichas encuestas se consideran diferentes tipos de violencia que pueden darse de forma combinada y tanto en el ámbito público como privado.

  5. Las investigaciones sobre feminicidio en nuestro país son relativamente recientes. Si bien la literatura sobre el femi(ni)cidio se ha desarrollado desde la década del 90, es recién en el último lustro que surgen investigaciones del fenómeno en nuestro país, en todos los casos, se utiliza el término femicidio en lugar de feminicidio. Estas investigaciones estuvieron a cargo de: Calce, España, Goñi, Magnone, Mesa, Meza, Pacci, Rostagnol y Viera (2015), Gambetta y Coraza (2017), Gambetta (2018), Castro Vignoli (2019) (las cuatro abordan los femicidios íntimos) y, más recientemente, Gularte, Coraza, Eiris y Moreira (2020).